Rob Reiner, el aclamado actor y director detrás de clásicos del cine como This Is Spinal Tap, When Harry Met Sally (Cuando Harry conoció a Sally) y Stand by Me (Cuenta Conmigo), ha sido encontrado muerto en su casa de Los Ángeles a la edad de 78 años. La policía está tratando el caso como un homicidio.
Según informa CNN, citando a fuentes policiales, un miembro de la familia descubrió dos cuerpos en la residencia del cineasta. Las autoridades confirmaron que las edades de los fallecidos coincidían con las de Reiner y su esposa, Michelle. La familia del director confirmó posteriormente los fallecimientos con “profunda tristeza”.
El departamento de bomberos respondió a una llamada al 911 alrededor de las 3:30 p.m. hora local. Múltiples fuentes han reportado que ambas víctimas presentaban heridas de arma blanca. Hasta el momento, no se han anunciado arrestos.
Un Legado que Definió la Comedia y el Cine
Rob Reiner deja un legado imborrable en dos facetas del entretenimiento. Primero, como actor, alcanzó la fama en los años 70 interpretando a Michael “Meathead” Stivic en la revolucionaria sitcom All in the Family, un papel que le valió dos premios Emmy y lo convirtió en un ícono de la televisión.
En la década de los 80, Reiner dio el salto a la dirección y se embarcó en una de las rachas más impresionantes de la historia de Hollywood. Su filmografía como director incluye algunas de las películas más queridas de todos los tiempos:
- This Is Spinal Tap (1984): El falso documental que definió el género y se convirtió en una obra de culto.
- Stand by Me (1986): La conmovedora adaptación de Stephen King sobre el fin de la inocencia.
- The Princess Bride (1987): El cuento de hadas posmoderno que se convirtió en un clásico generacional.
- When Harry Met Sally (1989): La comedia romántica definitiva que planteó la pregunta de si hombres y mujeres pueden ser solo amigos.
Un Director de Actores y un Activista Comprometido
En los años 90, Reiner demostró su increíble versatilidad dirigiendo el thriller psicológico Misery (1990), que le valió un Oscar a Kathy Bates, y el drama judicial A Few Good Men (1992), nominado a Mejor Película.
Reiner explicaba que su éxito como director provenía de su formación como actor: “Yo soy un actor, y abordo [la dirección] desde la perspectiva de: ¿puedo habitar el interior de este personaje? Y si puedo, entonces sé cómo contar su historia”.
Fuera de la pantalla, Reiner era un activista progresista apasionado, defensor de los derechos LGBT y un crítico abierto de Donald Trump.
La noticia de su trágica y violenta muerte ha conmocionado a Hollywood y al mundo entero, que hoy despide a un gigante de la comedia y el cine.




