Aunque la Luna no irradia luz propia, es común escuchar sobre “la luz de la Luna” o el “claro de Luna”. Su particular brillo, producto del reflejo de la luz del sol sobre ella, nos ha cautivado desde siempre y ha sido una fuente inagotable de inspiración y misticismo. Para algunos simboliza un despertar espiritual, iluminación y sabiduría. Para otros, representa momentos de transición.
Ya sea en la literatura, las artes plásticas o decorativas, joyería y, por supuesto, en relojería, su hermosa luminosidad no ha sido ajena a aquellas almas creativas que no dejan de plasmar su fascinación personal por este fenómeno. Así que no es extraño que Grand Seiko, con su profunda espiritualidad, singularmente japonesa, y su atención a los detalles más delicados, dedique una pieza al dulce resplandor que produce la Luna al iluminar sutilmente un abedul blanco.
La expresión de la luz y la sombra
Esta frase contiene toda la filosofía que rige tanto el universo de Grand Seikocomo la estética del país que los cobija. Sus líneas profundamente estilizadas, el pulido y esculpido de sus materiales son los medios que utilizan para crear luces y sombras. Cada detalle encarna su visión de la naturaleza, ninguno es fortuito, y ahí radica su belleza.
La última creación de los artesanos y técnicos de la firma japonesa, el Grand Seiko SLGW007, es la fusión perfecta entre estética japonesa y la tecnología que aspira a crear el reloj perfecto. Creado con el Evolution 9 Style, la colección que lanzara en 2020 está basada en el icónico Grand Seiko Style, pero con sutiles adecuaciones que lo catapultaron al futuro haciéndolo aún más cómodo, legible y hermoso.
El árbol iluminado
En una caja de 38.6mm de acero inoxidable increíblemente delgada, con tan solo 9,95 mm de grosor, es donde la magia sucede. Un delicado bisel rodea la carátula que recuerda la textura de los abedules blancos que abundan en un bosque ubicado en la meseta de Hiraniwa, en la prefectura de Iwate, que abarca unos 1000 acres y en la que, no por casualidad, se ubica el estudio Shizukuishi, en donde se producen los relojes mecánicos Grand Seiko.
El color azul marino de la carátula le da la característica visual de los objetos iluminados por la Luna. La precisión de sus detalles revela, sin asomo de duda, la corteza de un abedul que refleja casi tímidamente la luz lunar. Los índices de líneas limpias y refinadas, no interrumpen la belleza del patrón, solo la realzan. Todo está cubierto por un cristal de zafiro antirreflejante.
El movimiento al interior
Un Calibre 9SA4 de cuerda manual y 10 alternancias vibra a un impresionante ritmo de 36 mil pulsaciones por hora lo que mantiene la precisión estable. Cuenta con una reserva de marcha de 80 horas y es producto de la incansable búsqueda de los técnicos de Grand Seiko por alcanzar la excelencia en sus piezas de cuerda manual.
Una elegante correa de piel completa el look de un reloj de vestir en toda regla y refuerza la visión de un abedul a la luz de la Luna. Su suave textura, con sutiles rugosidades, le da una característica natural. Su color azul profundoremite a la oscuridad de la noche solo interrumpida por la discreta luminosidad del satélite terrestre.
