A finales de los años 70, en un panorama musical británico post-punk, dos jóvenes de Liverpool decidieron que el futuro de la música no estaba en las guitarras, sino en los sintetizadores. Andy McCluskey y Paul Humphreys, bajo el nombre de Orchestral Manoeuvres in the Dark (OMD), se convirtieron en los arquitectos de un sonido que definiría los 80: el synth-pop. Su genialidad residió en ponerle un corazón melancólico a la frialdad de las máquinas.
Más que una simple banda de éxitos, OMD fue un laboratorio de experimentación pop. A continuación, un recorrido por las canciones que cimentaron su legado y demostraron que la música electrónica podía ser inteligente, emotiva y masivamente popular.
“Electricity” (1979)
La chispa que lo inició todo. Producida por Martin Hannett (el genio detrás de Joy Division), esta canción es OMD en su estado más puro y crudo. Con una melodía de sintetizador simple pero insistente y un ritmo de caja de ritmos casi robótico, “Electricity” es un homenaje directo a sus héroes, Kraftwerk. Es la energía del post-punk canalizada a través de la electrónica, un manifiesto de su sonido temprano.
“Enola Gay” (1980)
La canción que los catapultó al estrellato mundial es una obra maestra de la contradicción: una de las melodías de sintetizador más alegres y bailables de la historia acompaña una letra sobre el bombardero que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima. Esta yuxtaposición entre un tema oscuro y un pop infeccioso se convirtió en una de las firmas de la banda, demostrando que la música de baile también podía hacer pensar.
“Souvenir” (1981)
Con la voz principal de Paul Humphreys, “Souvenir” es la encarnación de la belleza melancólica de OMD. La canción destaca por su innovador uso de loops vocales procesados, que crean una atmósfera etérea y fantasmal. Fue una de las primeras canciones pop en utilizar esta técnica de manera tan prominente, abriendo el camino para el dream pop y el chillwave de décadas futuras.
“Joan of Arc / Maid of Orleans” (1981/1982)
OMD demostró su ambición con este díptico de canciones dedicadas a la heroína francesa. Especialmente “Maid of Orleans”, con su ritmo marcial de caja de ritmos y su épica melodía de sintetizador, es una pieza de pop cinemático. Es una prueba de que podían crear paisajes sonoros grandiosos, casi como una banda sonora para una película que solo existía en su imaginación.
“If You Leave” (1986)
La canción que los hizo inmortales en Estados Unidos. Escrita en menos de 24 horas para la escena final de la película de John Hughes, “La Chica de Rosa” (Pretty in Pink), “If You Leave” es la balada de synth-pop por excelencia. Su atmósfera agridulce, su saxofón melancólico y su inolvidable clímax emocional la convirtieron en el himno de los amores adolescentes de toda una generación y en su éxito más grande en el mercado estadounidense.
El legado de OMD es inmenso. Bandas como The Killers, LCD Soundsystem y The xx han citado su influencia. Fueron la prueba de que se podía ser experimental y comercial, cerebral y emocional, todo al mismo tiempo.




